Ayer compré el pasaje para ir a la casa, y si bien me siento bien feliz, por el hecho que vuelvo pronto a la casa, tengo más de tres meses sin ir, a la vez estoy bien pensativo por todo este asunto de trabajar en Puerto Rico.
Puerto Rico es como la comida chatarra, sáben, es malo pero te encanta, PR ha empezado a gustarme, quizás es el parecido a Venezuela, la comida, el desorden, el relajo, en fin, tiene muchos parecidos. Es un pueblo quizás algo confundido, pero bien bien amables, generalizando.
A veces me siento un poco fuera de lugar, no es por el ambiente, es por el hecho de estar solo, Diana y yo somos muy unidos, pero sabemos que en este momento el sacrificio consiste en estar así separado, a veces pienso de que vale todo si no la tengo a mi lado. Es muy fuerte cuando uno quiere tanto a una persona.
En este momento, la realidad es otra, y Puerto Rico no será mi destino final, mis aspiraciones me llevan a pensar en otros rumbos donde puede realizar mis metas y aspiraciones, pero en este momento toca quedarse.
Como le decía a Diana, Te Quiero tanto que Duele, no sé si eso lo dijo alguien, lo invente o estaba en mi subconciente, el hecho es que así me siento, cuando se quiere así, duele no estar acompañado.